La contratación en la firma de hipotecas ha sufrido un importante retroceso de un 25% aproximadamente en total desde la explosión de la firma sanitaria, siendo esta disminución más elevada según en qué mes miremos los datos.
Es complicado saber si la firma de hipotecas se va a seguir reduciendo o elevándose respecto a las firmadas en el periodo actual, lo que sí es previsible es que bajen respecto a los periodos anteriores debido a diversas circunstancias
La Incertidumbre y crisis económica afectan a las hipotecas
En momentos de incertidumbre y desaceleración de la economía se contratan siempre menos hipotecas, existe una inseguridad respecto a la economía y la posibilidad de perder empleos. Las personas se enfrían a la hora de solicitar hipotecas y baja la petición de préstamos hipotecarios.
En tiempo de bonanza económica, ante la alegría económica y la estabilidad laboral incrementan las concesiones y solicitudes de hipotecas.
Además, debemos tener en cuenta además de la bajada de solicitudes de los clientes, el endurecimiento de los criterios de riesgos de las entidades. Estas endurecen sus criterios ante los posibles despidos, cierre de empresas, etc.
Esto lleva a que además de la bajada de peticiones de préstamo, se denieguen mayor cantidad de préstamos que antes. Los clientes sufren Eres, ciertos sectores se estancan o bajan significativamente y son menos atractivos a la hora de concederles financiación.
Bajada de financiación de las empresas
Las empresas empiezan a demandar más liquidez y prestamos, líneas de créditos, etc.
En estos periodos existen más tensiones de tesorería debido a retrasos, posibles impagos, aumentar el chonchón para mejorar la supervivencia… Lo que lleva a las empresas a aumentar su financiación, que en la mayoría de los casos se ve parada por los criterios alarmistas y conservadores de los departamentos de riesgos en muchos casos
Incremento de las solicitudes de refinanción de deudas
Esto es algo común tanto en empresas como en particulares. En estos periodos se busca con mayor ímpetu la reestructuración de deuda y la refinanciación de préstamos, buscando un menor tipo de interés y alargar plazos, alguna carencia de capital, con el fin de poder atender a los pagos y poder reducirlos lo máximo posible.
Los bancos suelen realizar estas operaciones siempre que la deuda sea suya, y en este caso refinanciando tarjetas, personales e hipotecas buscando evitar en la medida de lo posible los impagos, reagrupando estas deudas de forma urgente en muchos casos.
En muchos casos, las entidades bancarias roban préstamos que están siendo bien pagados con un buen perfil, subrogando la hipoteca y ampliando el plazo o el capital para poder realizar estas operaciones, robando buenos clientes y con una baja LTV a otros bancos.
Estas operaciones en muchos casos no pueden ser realizadas por los bancos a pie de calle al ser refinanciaciones con asnef, al acumular ya impagos, por lo que se realizan por otras entidades, para en primer momento, poder ser borrados de listas de morosidad y asnef.