La situación económica tras la desescalada sigue siendo extraña e incierta. En la famosa “nueva normalidad” que de normalidad no tiene nada y carece de todo sentido, las noticias no son buenas y muy inciertas en todos los aspectos, mas allá de que una parte de va de vacaciones para desconectar.
Si atendemos a las informaciones de todos los medios informativos la incertidumbre es total. Con una espada de Damocles constante sobre nuestras cabezas con la amenaza de rebrotes, pasos para atrás y nuevos confinamientos en sitios como Lérida o el País Vasco, que afectan negativamente a todos los sectores y con un peligro de cierre de empresas que no aguantarían una nueva fase de paralización y confinamiento. Los informes del Banco de España elevan el decrecimiento del PIB por encima del 11% y estas no son las más alarmistas.
Ante esto, la financiación no es ajena a estos factores, con nuevas medidas por parte de las entidades bancarias
Mayores dificultades para el crédito y las hipotecas
Ante todos estos factores, la concesión de créditos e hipotecas será cada vez más difícil y restrictiva para los solicitantes. En diversos medios ya anuncian los movimientos de la banca de cara a futuras restricciones hipotecarias y crediticias..https://www.elconfidencial.com/empresas/2020-07-14/la-banca-endurecera-la-concesion-de-credito-a-empresas-y-hogares-en-el-tercer-trimestre_2681235/
La concesión de préstamos fundamentalmente hasta ahora solo se ha visto de forma importante menoscabada en la firma de hipotecas, pues en empresas y personales se ha contado con potentes incentivos y liquidez como en el caso de préstamo ICO o moratorias hipotecarias y de alquiler, avaladas por el estado que han facilitado el mantenimiento del crédito, pero que llegan a su fin y podrían sufrir también importantes bajadas a partir de ahora.
Si bien se divulga que el Banco de España facilitará las vías para que no se endurezca el crédito en materia de decrecimiento de las provisiones necesarias, afín de evitar la desaparición del crédito que contrae aún más la economía, una incertidumbre económica a nivel mundial, con probabilidad de cierre de sectores e incertidumbre a corto y medio plazo, lleva a los bancos y demás entidades financieras a ser más precavidos de lo que suele ser común y a endurecer sus requisitos para la concesión crediticia.
Ante esto debemos tener en cuenta que la concesión de créditos personales e hipotecas sufrirán restricciones en cuanto el demandante de financiación que aceptaran al igual que el montante del préstamo a conceder, que puede verse reducido en muchos casos, solicitando una mayor implicación del comprador en caso de hipotecas y por la previsión de bajadas de precios en el mercado hipotecario.
Como conseguir préstamos después de la desescalada
Debemos tener en cuenta la incertidumbre general y posturas más conservadoras de los bancos desde la incertidumbre actual y futura.
Los porcentajes de financiación serán cada vez más reducidos y los requisitos elevados. Ciertos sectores como el de las nuevas tecnologías, poco afectado por esta crisis e incluso fortalecido se verá priorizado frente a sectores más castigados como el de servicios al público o construcción ante las previsiones de caída de precios y demanda por la inseguridad y los movimientos hacia el alquiler en detrimento de la compra.
El solicitante de crédito predilecto de los bancos serán personas con menor porcentaje de financiación respecto a la compra, con estabilidad laboral y discriminada por sectores y empleadores.
Se buscarán trabajadores especializados, poniendo u especial hincapié en el estudio de la empresa empleadora, mirando detenidamente su estado y repercusión por la crisis sanitaria y económica. Todos aquellos afectaros por ERTES o con posibles ERES futuros serán descartados de forma casi automática.
Aquellos trabajadores que trabajen para sectores con fuerte contracción como el textil, ocio, restauración. Serán muy discriminados o se les solicitarán avales y afianzamiento en las operaciones que antes no se les requería.
Deberemos tener en cuenta que el número de entidades dispuestas a conceder financiación se ha reducido sustancialmente respecto a antes de la crisis, con lo que hay que tener en cuenta que tras una solicitud de financiación rechazada, no se puede solicitar en dicha entidad hasta que transcurra un plazo máximo de 6 meses, teniendo constancia el resto de entidades de esa solicitud rechazada, por lo que en caso de duda, es conveniente el asesoramiento de asesores especializados que sepan donde se puede aprobar dicha financiación y como venderla y negociarla con el banco.