Esta crisis que nadie esperaba cuando veíamos la enfermedad del Covid 19 en China a larga distancia, nos ha pillado a todos de improviso, a pesar de estar sobra aviso desde hace varios meses. Nunca nadie pensó viendo la enfermedad en China un impacto tan brutal.
El impacto sanitario ha traído uno mayor en empleo y economía, del que aún no hemos visto las peores consecuencias y sus repercusiones.
En el nuevo escenario que vendrá en los próximos meses afectara a todos los aspectos económicos, laborales y empresariales y por consiguiente también al sector hipotecario.
Los requisitos para la compra y financiación de una vivienda cambiaran susceptiblemente, así como los emplazamientos, características y valoración a la hora de solicitar los préstamos.
El mercado hipotecario ya empezaba a decaer desde finales del año pasado, donde se produjo el primer retroceso desde el 2013, pero después de la crisis del Covid 19, el descenso ha sido brutal en todas las autonomías y territorios
Consecuencias inmobiliarias e hipotecarias del Covid-19
Estas no van a ser las mismas en todos los territorios, pues el comportamiento inmobiliario ya estaba siendo muy diferente en según qué zonas, con ciertas de ellas polarizadas con fuertes crecimientos de precios y demanda, y otras que aún no habían superado la bajada de precios de la crisis, sobre todo las zonas más despobladas y rurales, con una demanda cada vez inferior ante la desbandada de personas a los núcleos urbanos, donde se conglomera la mayoría de la población en busca de trabajo y servicios como educación, sanidad..etc
Si algo hemos visto en los 6 meses es una subida del Euribor, muy pequeña eso sí, que aun consigue estar en negativo, y se espera lo esté aun un par de años en niveles próximos al 0, lo cual hace un fenómeno extraño, pues aunque se reduzca la oferta de préstamos hipotecarios, no se espera un encarecimiento de estos.
Debido a la bajada de los demandantes de hipotecas con unos requisitos de calidad mayores para las entidades, se puede esperar una guerra de subrogaciones y robo de hipotecas entre entidades.
Lo que está claro en el mercado inmobiliario es que la ralentización será real, con distinto nivel según poblaciones, tipos de vivienda y sus características. La bajada efectiva de compradores que no podrán optar a créditos, llevara una bajada de la demanda inmobiliaria. Todo ello debido a solicitar requisitos más duros y mayor estabilidad a la hora de formalizar un crédito hipotecario, siendo complicado para los que no tengan estabilidad, un bajo ratio de endeudamiento o una cantidad importante de ahorros.
Actualmente, la oferta de hipotecas apenas ha variado, pero no hay que olvidar que nos encontramos aun en estado de alarma, siguen en vigor los ertes, por lo que no se han producido despidos aun y las empresas no han empezado a tomar medidas estructurales para paliar sus pérdidas económicas y adaptarse a la nueva demanda.
Se han producido miles de millones en pérdidas, que tendrán que compensarse en todos los sectores, el teletrabajo va a bajar la demanda de oficinas un 20% según la estimación, por lo que muchas empresas y arrendadores dejaran de percibir ingresos y sus activos bajaran de precios, con importantes pérdidas contables.
Deberemos tener en cuenta que el mercado financiero ha cambiado sustancialmente, con muchos más filtros que antes de la crisis del 2008 y con muchas menos entidades, por lo que será más complicado conseguir financiación y habrá muchas menos oportunidades, al haber muchas menos entidades son de solicitar las hipotecas.